Chimpay es un pequeño pueblo con cerca de 8.000 habitantes ubicado a la vera de la Ruta Nacional Nº 22, en el Valle Medio del río Negro.
Su producción agrícola es casi la base de su sustento y, durante la mayor parte del año, sus calles casi no tienen movimiento. Pero a fines de agosto, cientos de personas de todas las edades llegan y alteran la calma del lugar. Esto es porque en esa fecha se celebra allí el nacimiento del santo más famoso que tiene la Patagonia y que nació justamente en Chimpay: Ceferino Namuncurá.
Ceferino fue un indio mapuche que nació en 1886 y dedicó gran parte de su corta vida a ayudar a su pueblo. Actualmente, está nombrado beato por la Iglesia Católica, y muchos le atribuyen grandes milagros por lo que es conocido popularmente como el santo de la región.
La zona de influencia de esta localidad, junto con Chelforó y La Japonesa, que comunica a la provincia de Río Negro con La Pampa, tiene una superficie superior a las 10 mil hectáreas sistematizadas y bajo riego casi en su totalidad.
La proyección económica de esta localidad y su desarrollo están enlazados con las posibilidades de riego de una importante superficie (30 mil hectáreas) como consecuencia de la construcción del sistema de riego Chelforó, Chimpay, Belisle y Darwin. Se trata de un proyecto que data de 1928, postergado durante décadas, que constituye una imperiosa necesidad para los productores frutihortícolas de la zona.
El proyecto consiste en una bocatoma en Chelforó, con una capacidad de 30 metros cúbicos por segundo, que además de acrecentar la posibilidad de agua en la zona actualmente bajo riego, posibilitará incorporar otra importante superficie en un corto plazo.
Chimpay es de origen mapuche y literalmente significa "vuelta", "cuva", "arco" y es atribuido a una curva del río muy pronunciada existente en las proximidades.
El 2 de junio de 1879 arribó al lugar el Ejército Expedicionario del Desierto. El Teniente Coronel Manuel Olascoaga, topógrafo de la campaña, describe la zona del desierto como "un precioso lugar en que se atraviesa una larga ceja de sauces entre dos hondonadas que descienden en imperceptible declive hasta el agua".
La población fue testigo, el 1 de julio de 1899, de la inauguración de la línea ferroviaria Bahía Blanca-Neuqúen con la presencia de Julio A. Roca. El acto estaba previsto en Fuerte General Roca pero la inundación que arrasó esa localidad detuvo la comitiva oficial en este paraje.
El 27 de junio de 1971 se inauguró el primer monumento a Ceferino Namuncurá y el camino pavimentado que lo une a la Ruta Nacional Nº 22. El lugar es sitio de peregrinaciones anuales que congregan verdaderas muchedumbres de devotos del beato.
Como se desconoce la fecha de fundación, en 1970 el gobierno provincial estableció por decreto que correspondía celebrarla coincidentemente con el día del fallecimiento de Ceferino Namuncurá, ocurrida el 11 de mayo de 1905.