El chocolate que se hace en Bariloche es distinto a los demás. O acaso: ¿quién no ha escuchado en alguna parte del país hablar del chocolate "Bariloche"? Sin dudas se refieren a ese producto de tipo casero que se vende en gramos y tiene un sabor distinto.
Pocos deben ser los turistas que se despiden de esta ciudad a orillas del lago Nahuel Huapi, sin llevar bajo sus brazos aunque sea una caja de chocolate. Si alguien tiene que llevarse un souvenir o regalar una postal de Bariloche, elige el chocolate.
Pero, ¿por qué se hizo tan típico de Bariloche el chocolate en el país? Hay dos factores que podrían explicarlo. El primero es el clima de la zona, mayormente frío durante gran parte del año, lo que lo hacen apto para disfrutar de las calorías del chocolate. Y el segundo factor fue y es sin dudas, las características de las culturas que poblaron Bariloche. Los orígenes centro europeos del poblamiento dejaron su marca como se evidencia en la primer chocolatería del italiano Aldo Fenoglio, siguiendole otros de su mismo origen que traían las costumbres culinarias del viejo continente.
A través de los años la fama del chocolate "Bariloche" fue creciendo, y hoy el producto es una de las actividades económicas predominantes de la ciudad e incluso, la industria del chocolate ha proliferado en otras ciudades de la cordillera patagónica.
En Bariloche existen desde sofisticadas industrias del chocolate como Mamuschka y Del Turista, que venden huevos de pascua, fondue y todo tipo de derivados del chocolate, exportando además a distintas partes del mundo, hasta pequeños y pintorescos negocios atendidos por sus propios dueños. Coloridas vidrieras y tentadores aromas llaman la atención y hacen las delicias de quienes recorren las calles de la ciudad.
Una vez al año, los chocolateros rinden homenaje al derivado del cacao, organizando la Fiesta del Chocolate.